miércoles, 7 de mayo de 2008

La crisis de la derecha (bis)

Justo al día siguiente de publicar la entrada sobre la crisis interna que actualmente atraviesa la derecha ha ocurrido algo que, sin duda, merece un apunte que añadir al post de ayer: hoy, los medios informativos dan la noticia de que el propio ¿líder? pepero ha reconocido públicamente, al fin, que su formación política vive "un momento difícil". ¡Bien! ¡"Sólo" ha tardado dos meses en darse cuenta! Y eso, contando desde que perdió por segunda vez las elecciones, porque en realidad la cosa viene de más atrás. No hay más que recordar todos esos sondeos de intención de voto que, uno tras otro, fueron anunciando el triunfo socialista en las urnas, mientras toda la tropa de Rajoy, empezando por él mismo, se empeñaba en ignorarlos. Y, de pronto, ha descubierto que la derecha se encuentra en un momento difícil. Cualquier día de estos "descubre" también América, y si no, al tiempo.

No es de extrañar que nadie dé ya un duro por él cara a 2012: no es sólo que, incluso a cuatro años vista, se vea ya clara la tercera victoria consecutiva del PSOE con la correlativa tercera derrota consecutiva del PP (que también); es que, según informan todos los medios, parece ser que ni los propios peperos saben a quién presentarán como candidato. Tal vez, si llegan a ser conscientes de la que les espera, dejen que Rajoy sea el que vuelva a perder dentro de cuatro años, o puede que dejen que su barbudo ¿líder? se termine de estrellar en los batacazos parciales que sin duda se irá llevando en las autonómicas vascas y gallegas, las europeas, las autonómicas catalanas, las municipales... entre este año y 2011, y en ese último año metan a algún otro de sus peleles (a saber a cuál) con calzador, para sustituirlo... naturalmente, sin más éxito que el fracasado barbudo...

Mejor harían en eliminar los restos que aún les quedan del aznarismo (como Rajoy o Doña Cuaresma)... y no sigo señalándoles sus lamparones, no sea que se enteren y les dé por limpiar alguno. Estos peperos se quedaron anclados en 1940 y no han salido aún de ahí. Menos mal que han vuelto a perder las elecciones. El pasado 9 de marzo, el pueblo volvió a demostrar que sabe juzgar bien lo hecho por cada cual.

martes, 6 de mayo de 2008

La crisis de la derecha

Tal como avancé en el post anterior, me voy a referir ahora a la crisis interna en que actualmente se encuentra la oposición de derechas en este país.

Precisamente hoy, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha referido a la crisis del PP durante el almuerzo que el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, ofreció con motivo de la Asamblea del Banco Asiático de Desarrollo y al que, entre otras personas, asistió una de las máximas protagonistas del actual guirigay de la oposición, Esperanza Aguirre, en presencia de la cual el presidente Zapatero aconsejó al PP que "no caiga en la desesperanza", en una clara alusión al papel de Aguirre en las cuitas que padece la derecha.

Las dos derrotas consecutivas sufridas por Mariano Rajoy en las urnas han marcado el comienzo de una descarnada lucha dentro del PP por hacerse con los restos del naufragio del aznarismo. Es todo un espectáculo ver cada día a Aguirre amagar con moverle la silla a Rajoy mientras éste la invita a marcharse del PP y los otrora fans del ¿líder? de la oposición, El Mundo y la COPE, cargan ahora contra él con toda su artillería habitual, todo al servicio del sector más rancio de la derecha española, representado por personajes como Aznar, Aguirre o los ahora finiquitados Zaplana y Acebes.

Parece ser que ahora Rajoy anda desesperado por soltar el lastre de la herencia aznariana con el que tan resignadamente cargó durante toda la pasada legislatura. Demasiado tarde: eso debería haberlo hecho en el año 2004, y no ahora, forzado por el peso de dos derrotas, tan consecutivas como merecidas. Rajoy ha demostrado carecer por completo de cualquier capacidad de liderazgo y ahora sufre sobre sus propias costillas las consecuencias de la frustración de la caverna en que se apoyó para tratar de alcanzar el poder. No podía terminar de otra forma, por mucho que se empeñase en no verlo a lo largo de los cuatro años transcurridos entre 2004 y 2008 ("esto van a ser dos años", dijeron públicamente en 2004 en un tan soberbio como ingenuo desprecio hacia el presidente Zapatero. Esos "dos años" ya son más de cuatro y, como mínimo, llegarán a ser ocho... y es probable que sean más).

Por no hablar de la irritación de individuos como Manuel Pizarro por su marginación de los cargos de relevancia en el PP tras la derrota electoral. Pizarro, que dejó un puesto en la empresa Telefónica para entrar en la política, esperando vaya usted a saber qué prebendas, se encuentra ahora de diputado raso en la oposición mientras ve cómo otros, como Zaplana, se marchan al mismo sitio del que él se marchó nada más que para hacer el ridículo. Todos/as podemos sacar nuestras propias conclusiones.

En suma, la actual oposición está dando un espectáculo de patio de colegio que sólo sirve para confirmarnos a los demás en nuestra opinión sobre lo afortunado que es este país de contar con un Gobierno sólido y progresista mirando al futuro, mientras esta derecha de circo y opereta permanece en la oposición.