viernes, 7 de noviembre de 2008

Contra la jornada de 65 horas

La Comisión de Empleo del Parlamento Europeo aprobó el miércoles día 5 de noviembre, por amplia mayoría, el informe del eurodiputado del PSOE Alejandro Cercas contra la directiva que pretende implantar la jornada laboral de hasta 65 horas semanales. Esta aprobación constituye un primer paso para tumbar, en la votación que el Pleno del Europarlamento llevará a efecto el mes que viene, esta ignominiosa directiva que pretende hacer retroceder nuestros derechos sociales a un estadio más propio del siglo XIX (es decir, antes de que se reconocieran y desarrollaran esos derechos) que de nuestro siglo XXI.

La jornada laboral máxima de 48 horas semanales (en España, el Estatuto de los Trabajadores ha fijado el límite en 40 horas semanales) es una conquista social que costó muchos años alcanzar como para permitir ahora el brutal retroceso que se pretende imponer con esta directiva que, además de imponer jornadas semanales que podrían llegar a 60 ó 65 horas, establece este límite como promedio en períodos de tres meses, por lo que podrían darse, en la práctica, jornadas de hasta 78 horas, lo que resulta, si cabe, todavía más inadmisible.

Permitir, como pretende esta directiva, que la fijación de la jornada laboral quede al albur de una negociación individual entre cada trabajador y su empresario supondría menoscabar gravamente la principal garantía de unas buenas condiciones de jornada, de salud y de seguridad en el trabajo, que es la negociación colectiva, y se obligaría con ello a los trabajadores, en la práctica, a aceptar condiciones laborales mucho más desfavorables para no perder oportunidades de empleo, un problema que se evita cuando la negociación es colectiva y no de cada trabajador por separado.

La decisión de la Comisión de Empleo del Parlamento Europeo en contra de la directiva de las 65 horas es un gran paso adelante que aumenta nuestras esperanzas de ver tumbada dicha directiva en la votación del mes que viene. El Gobierno español, nuestros eurodiputados y los sindicatos cuentan con todo nuestro apoyo en sus esfuerzos por impedir la consumación del atropello a los derechos sociales que, en toda la Unión Europea, conllevaría (en caso de aprobarse) la citada directiva.

¡Sí a los derechos sociales! ¡No a las 65 horas!